Hoy me ha venido a la memoria aquel dicho de "pueden más dos tetas que dos carretas" y, por analizarlo lo más finamente posible, lo haré utilizando a la griega Lisístrata.
Lisístrata, cuyo nombre significa "la pacífica" o "la que disuelve el ejército", no existió realmente, sólo fue un personaje de Aristófanes quien, con la comedia de ese título, pretendía hacer un alegato a favor de la paz para acabar con la guerra del Peloponeso.
Ella pensó que las mejores armas que tenían para controlar a sus esposos o amantes y que dejaran de guerrear eran las llamadas desde siempre "armas de mujer", es decir, excitarles y pedir algo a cambio de satisfacer sus deseos, así que, ni corta ni perezosa, hizo circular entre las mujeres un juramento que cada una, a su vez, se encargaría de propagar, extendiéndose así de forma piramidal y convirtiéndose en una especie de huelga sexual.
El juramento, en resumen, decía:
No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante. Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Permaneceré intocable en mi casa.
Con mi más sutil seda azafranada.
Y haré que me desee.
No me entregaré.
Y si él me obliga.
Seré tan fría como el hielo y no me moveré.
Algunas mujeres intentaron dejarlo porque ellas mismas no podían aguantar su propio deseo pero, siempre a instancias de Lisístrata, consiguieron mantener la abstinencia y ellos terminaron claudicando y firmando la paz para poder tener relaciones sexuales porque, según se puede leer en la obra, tenían las ingles muy inflamadas y no podían aguantar.
La intención de Lisístrata era buena puesto que su objetivo era acabar con la guerra pero, sin pretender ser machista en absoluto, me pregunto cuántas mujeres han utilizado y utilizan esa misma táctica para conseguir sus fines, por lo general no tan loables como el de Lisístrata. Supongo que la respuesta es muchas, quizás demasiadas, la cantidad nunca la sabremos, eso es una obviedad, pero sí sabemos que fueron, son y serán tantas como para dar origen a eso de "pueden más dos tetas que dos carretas".
19 comentarios:
Muchas gracias María, contigo siempre aprendo algo, ya sabes de mi ignorancia.
Muchos besos y ¡Feliz domingo!
Con cariño, Rosa.
Rosa:
No seas brujaque la profesoras eres tú, jajaja.
Besos y ¡Feliz domingo! para tí también.
Buena historia, y muy buena estrategia para firmar la paz.
Un buen fin, para valerse de los atributos.
Gracias por tu visita amiga.
Besitos y feliz domingo.
Ahí va otra muestra de nuestro refranero: "ata más pelo de c..o que soga de marinero" (las letras que faltan son una "o" y una "ñ"). Estoy bien; a la espera de alguna inundación, terremoto o de un rayo que no cese en mi cabeza. Beso on-line, con cariño verdadero...
Sí, Carolina, incluso el nombre de Lisístrata se ha utilizado para algunas operaciones buscando paz.
Besos y gracias a tí también.
Manuel María:
No tientes la suerte que, después del incendio en tu casa que pusiste en tu blog, te falta un terremoto o similares.
Besos
Me gusta este escrito. Mucho.
Una vez más comprobamos las estrategias femeninas, para lograr sus fines, aunque fuera idea de la pluma de Aristófanes.
Estoy convencida de que, algo de verdad guarda esta historia anovelada.
Me maravilla la capacidad de los escritores, que saben meterse en personajes femeninos.
Me ha encantado que hoy, nos lo recuerdes con tu relato comentado sobre Lisístrata.
Las armas de mujer son útiles, junto con la pacienta, cuando de hombres se trata.Éstos claudican con docilidad ante atributos femeninos y demás menesteres.
Un beso muy fuerte.
Podríamos entrar en dilemas éticos y morales, si defendemos que el fin justifica los medios, en esta caso el fin de Lisistrata era acabar con la guerra, está justificada la forma de obtenerlo, no siempre los fines son tan nobles y sin ánimo de juzgar, impera la ley del más fuerte, ó del más inteligente...
Una historia muy veraz, que no tenía el gusto de conocer, gracias por acercanos a ella y recordarnos (sin toques feministas), que la mujer tiene un papel muy importante en el mundo, que no tan sólo estamos para parir, ser madres o amantes. Como siempre me encanta como enfocas las cosas desde tu punto de vista, creo que tengo el mismo punto.
Besos y un fuerte abrazo, cuídate mucho reina, me gusta como eres y como escribes.
¡¡¡Y luego siempre hay alguien que dice que las mujeres somos el sexo debil¡¡¡.
No conocia esta historia , y aunque no me gusta que el sexo se utilice como billete de cambio, en este caso y todo sea por la paz ,, queda demostrado que tiran mas dos tetas que dos carretas ajaja.
Besoss
El escrito impecable María, cada día me gusta mas leerte, aunque en este caso los hombres no salimos muy bien parados, es el rol que nos ha tocado vivir, pero vamos que yo me sacrifico por la causa…. Besos
Inés:
Muy cierto que en su mayoría claudican, como también lo es, a mi juicio, repugnante la utilización que muchas hacen de sus armas de mujer.
En el caso de Lisístrata era un buen fin pero, como todos sabemos, se utilizan para otros meneresteres menos loables.
Besos
Lara:
Totalmente de acuerdo contigo.
Besos
Rosana:
Gracias, guapa, tú también me gustas a mí (no sexualmente hablando ¿eh?, jajaja).
Besos
Wpaa:
A mí tampoco me gusta, pero demostrado queda.
Besos
Manasés:
Gracias, igual que tú a mí, cada día más.
Y no seas tan "sacrificado" ¿vale?, jajaja.
Besos
Saludossss, desde http://labrujafeliz.blogspot.com/
un saludo ,y pásate por el blog, que tienes premio-
un saludo cordial-
Rosa
hola, viste el versíto ,que te hice de bien venida? ya vi que te gusto el premio...pero la bien venida? espero que te guste tambiennnn- besitos
http://labrujafeliz.blogspot.com/
Rosa de los Santos:
Que muchas gracias, guapa, ya he recogido el premio y he visto el poema (que me has emocionado y todo).
El premio lo pondrá la granaína cuando vuelva (si estropeo algo me manda un troyano por lo menos, jaja).
Besos, guapa.
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