Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
nos fuimos conociendo y nos fuimos amando;
lentamente, pero sin prisas, nos unimos,
nuestras miradas y nuestros abrazos.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
nos fuimos enlazando muy fuerte las manos,
arrimándonos los hombros en los momentos tristes,
y acercando nuestros sentimientos con encanto.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
el tiempo nos ha dado ricamente un regalo,
el regalo de la amistad y la ternura,
que día a día tú y yo vamos cultivando.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
se engrandece la hermosura de la confianza,
se llenan de sinceridad nuestras palabras,
mas la distancia se acorta con suavidad y ternura.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
ha surgido entre nosotros algo que no es locura,
algo que temo sí, porque mi cuerpo siente,
y tú, a mi lado, sabes muy bien corresponderme.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
daremos paso al día y a la noche reciente,
no dejaremos que pase el día sin dicha,
mas lentamente, sin pausas, sin ataduras,
salvaremos los obstáculos que se advierten.
Autora: Rosa Mª
2 comentarios:
Y sin prisa, pero sin pausa.
Besos
¡Hola María!
¡Acabo de leer este Lentamente! Y la verdad es que me parece preciosísimo.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras,
se engrandece la hermosura de la confianza,
se llenan de sinceridad nuestras palabras,
mas la distancia se acorta con suavidad y ternura.
Es fantástico, y es casi... algo que yo vivo.
Un abrazo María y feliz Semana Santa.
Me voy 10 días A Málaga.
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