Esta semana he leído la noticia de que el científico David Kingsley ha publicado en la revista Nature que el hombre primitivo tenía hueso y espinas de queratina (material del que están hechos los cuernos o las uñas) en el pene, atributos ambos que perdió, según él, cuando nuestro linaje se separó de los neandertales.
Parece ser que una de las explicaciones de las púas del pene podría ser para que, al extraerlo de la vagina de la mujer después de copular, se produjeran desgarros internos en esta y así evitar que pudiera copular con otro por el dolor y heridas provocados.
La noticia me ha hecho reflexionar mucho porque, irremediablemente, mi mente se ha ido al Paraíso y me he acordado de Adán y Eva y, honestamente, con el asunto de las espinas de Adán no veo yo el Paraíso de Eva por ningún sitio, casi ni me extraña que se aliara con la serpiente y se comiera la manzana.
Y claro, como mujer, a mí es que sólo pensarlo me duele y, poniéndome en el lugar de Eva, he decidido que, de haber sido yo Eva, Adán hubiera estado a dos velas perpetuamente, hasta ahí podíamos llegar hombre, antes virgen que desgarrada. Yo, como la de la foto, me taparía con la serpiente para que ni se me acercara y es más, como osara hacerlo, le diría al bicho: "muérdele a Adán, anda, muérdele".
Aunque luego, quizás buscándole una salida al hecho de quedarse a dos velas, he pensado que igual me hubiera iluminado y hubiera inventado la lima para quitarle a mi Adán las espinas y, pensando más todavía, me he dicho a mí misma: "oye, pues lo del hueso no está mal del todo, de hecho está pero que muy bien", por la cosa de que el hueso está siempre rígido y digo yo ¿el hueso por qué lo perderían?.
Parece ser que una de las explicaciones de las púas del pene podría ser para que, al extraerlo de la vagina de la mujer después de copular, se produjeran desgarros internos en esta y así evitar que pudiera copular con otro por el dolor y heridas provocados.
La noticia me ha hecho reflexionar mucho porque, irremediablemente, mi mente se ha ido al Paraíso y me he acordado de Adán y Eva y, honestamente, con el asunto de las espinas de Adán no veo yo el Paraíso de Eva por ningún sitio, casi ni me extraña que se aliara con la serpiente y se comiera la manzana.
Y claro, como mujer, a mí es que sólo pensarlo me duele y, poniéndome en el lugar de Eva, he decidido que, de haber sido yo Eva, Adán hubiera estado a dos velas perpetuamente, hasta ahí podíamos llegar hombre, antes virgen que desgarrada. Yo, como la de la foto, me taparía con la serpiente para que ni se me acercara y es más, como osara hacerlo, le diría al bicho: "muérdele a Adán, anda, muérdele".
Aunque luego, quizás buscándole una salida al hecho de quedarse a dos velas, he pensado que igual me hubiera iluminado y hubiera inventado la lima para quitarle a mi Adán las espinas y, pensando más todavía, me he dicho a mí misma: "oye, pues lo del hueso no está mal del todo, de hecho está pero que muy bien", por la cosa de que el hueso está siempre rígido y digo yo ¿el hueso por qué lo perderían?.
18 comentarios:
Hay cosas que ni se entienden, pero me pregunto: ¿por qué ponerse esas espinas en el pene, herirla y luego volverle a herir? Hay cosas que por mucho que piense y las analice no me entran, vamos y mucho menos con espinas, ni historias. Que mentes más primitivas y desorganizadas. También cuando se les ocurrió poner el famoso cinturón de castidad. Y más actual mutilar a la mujer, para que no le llame el placer. Todo lo encuentro de los más retrogrado.
Besitos mi querida amiga, cuídate mucho, te mando todo mi cariño en un enorme abrazo.
Mi querida María: alabo la capacidad imaginativa y la creatividad que hay en ti.
Es un escrito muy bonito y que da mucho en qué pensar.
Muchas gracias por compartirlo con nosotros.
Un besote. Rosa.
Rosana:
Que no se las ponían, que las llevaban de serie.
Y estoy contigo en que lo demás es de lo más retrógrado.
Besos
Rosa:
Gracias, guapa.
Besos
No sé yo, eh. Tanto desgarro y tanto dolor te cierra cualquier puerta.Eso seguro. Como para decirle a la chica de turno "esta noche repetimos, guapetona mía". Vamos, que no. Por mucho hueso duro que se precie. Vamos, que no. "Te vas con tu madre, cromagnon mío", eso lo más bonito que te pueden decir.
Así que...mejor que hayamos evolucionado y la "cosa" se mantenga dura mientras el cuerpo aguante. Digo yo.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.
Maria eres unica jajaj, ¿me das tu correo? si quieres. Besos
La mujer preguntó al hombre primitivo:
-¿Por qué solo piensas en hacer el amor?
-Porque soy un puto cavernícola, contestó el hombre de Atapuerca.
La pesadilla recurrente y paralela a tu genial relato es la de la vagina dentada. Está en Freud (creo).
Por algo me mantengo virgen..es porque el recuerdo de aquellas pobres mujeres,me disipan las ganas eroticas que duermen en mi...Besis Maria sigo insistiendo sos una genia en relatos..besiss
María, yo esto que nos cuentas no lo tenía leído, lo confieso.
De tenerlo en su día, no creo que copulara a menudo.
La naturaleza es sabia y me quedo sorprendida.
Pienso en la hembra en celo, el precio tan alto que pagaba por su instinto de procrear.
Incluso el de su vida, si se desangraba, por el acto tan doloroso.
Lo perdieron María, a base de insistir, jajajaja.
Un buen escrito María, me has dejado preocupada con el hueso de marras.
¡Un abrazo grande!.
Mos:
Está bien eso de "te vas con tu madre Cromagnon mío", jaja.
Besos, paisano
Chus:
Te he enviado un correo al que creo que es el tuyo.
Besos
Manuel María:
Yo no me fío de Freud, de hecho escribí un día de él, sobre el "Freudian slip" concretamente.
Besos
Marie:
Tú sí que eres un sol.
Besos, guapa.
Inés:
O lo perdieron o inventaron las limas, una de dos.
Besos
Que putada perder ese hueso.
Hubiera sido genial.
Besos.
Los científicos son personas como las demás, cometen errores. Los hay abnegados y los hay sin escrúpulos, los hay brillantes y los hay torpes. Algunos con mucho prestigio. Si bien es cierto que no he conocido a ningún científico que haya estado en la cárcel por sus errores. En fin María que hay de todo como en botica… Besos
Toro:
Una pena.
Besos
Manasés:
Es verdad, yo tampoco. Pero oye ¿tú tampoco sabes por qué perdieron el hueso?.
Besos
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