Esta mañana, en contra de mis principios, le he echado un vistazo a un diario deportivo, concretamente a "El Marca", craso error por mi parte porque he cerrado la página endemoniada.
Y el motivo no ha sido la clasificación de ningún equipo de fútbol ni nada por el estilo, lo ha sido una noticia sobre unas declaraciones de Alfonso Godall, vicepresidente del FC Barcelona en tiempos de Joan Laporta, quien, sin empacho ni vergüenza algunos, ha puesto en su Facebook las siguientes declaraciones que reproduzco textualmente:
"Los catalanes somos unos ciudadanos castigados por la desgracia y la injusticia históricas, El destino y la desdicha nos han llevado a tener que ser españoles y sufrir las consecuencias. Por eso entendemos la desdicha de Japón y de su gente. Viven en la desgracia de tener que sufrir el castigo de los terremotos y sutnamis".
Y, con independencia de que ser español no es una desgracia sino motivo de orgullo, y de que Cataluña no ha sufrido ni sufre injusticias sino más bien todo lo contrario en los últimos años, hecho del que hoy no quiero escribir aunque no descarto hacerlo en otra ocasión, me sorprende que nadie en su sano juicio tenga la desfachatez de comparar el que no se cumplan sus ansias independentistas con la tragedia, casi apocalíptica y aún de dimensiones desconocidas, que está sufriendo el pueblo japonés.
No entiendo que existan personas, a las que se les presupone medianamente inteligentes y preparadas en función de los puestos que ocupan o han ocupado, que manejen con tal maestría la demagogia y tengan la desvergüenza de mezclar las churras con las merinas con fines políticos.
Y es que ni el Sr. Godall ni nadie se puede dedicar a comparar lo incomparable porque una sola vida, sea de un japonés o sea de un español como lo es y será este señor por mucho que le pese, es absolutamente incomparable con su supuesto sufrimiento por el hecho de ser español, "sufrimiento" que, afortunadamente, no comparten la mayoría de los españoles nacidos en Cataluña.
Y el motivo no ha sido la clasificación de ningún equipo de fútbol ni nada por el estilo, lo ha sido una noticia sobre unas declaraciones de Alfonso Godall, vicepresidente del FC Barcelona en tiempos de Joan Laporta, quien, sin empacho ni vergüenza algunos, ha puesto en su Facebook las siguientes declaraciones que reproduzco textualmente:
"Los catalanes somos unos ciudadanos castigados por la desgracia y la injusticia históricas, El destino y la desdicha nos han llevado a tener que ser españoles y sufrir las consecuencias. Por eso entendemos la desdicha de Japón y de su gente. Viven en la desgracia de tener que sufrir el castigo de los terremotos y sutnamis".
Y, con independencia de que ser español no es una desgracia sino motivo de orgullo, y de que Cataluña no ha sufrido ni sufre injusticias sino más bien todo lo contrario en los últimos años, hecho del que hoy no quiero escribir aunque no descarto hacerlo en otra ocasión, me sorprende que nadie en su sano juicio tenga la desfachatez de comparar el que no se cumplan sus ansias independentistas con la tragedia, casi apocalíptica y aún de dimensiones desconocidas, que está sufriendo el pueblo japonés.
No entiendo que existan personas, a las que se les presupone medianamente inteligentes y preparadas en función de los puestos que ocupan o han ocupado, que manejen con tal maestría la demagogia y tengan la desvergüenza de mezclar las churras con las merinas con fines políticos.
Y es que ni el Sr. Godall ni nadie se puede dedicar a comparar lo incomparable porque una sola vida, sea de un japonés o sea de un español como lo es y será este señor por mucho que le pese, es absolutamente incomparable con su supuesto sufrimiento por el hecho de ser español, "sufrimiento" que, afortunadamente, no comparten la mayoría de los españoles nacidos en Cataluña.
8 comentarios:
No hay punto de comparación, si realmente ha dicho esto el Sr. Godall, ha perdido aceite realmente, una lástima que gente tan preparada...entre comillas, hagan estás declaraciones, comparando lo sucedido en Japón, con lo sucedido en Cataluña, que ha sufrido por otro lado el resto de España.
Te mando un fuerte abrazo María, con todo mi cariño.
Muchas gracias María por compartir tan buen escrito. Qué pena que haya personas que no valoren la desgracia que ha ocurrido, aunque no sea nuestra, pero es nuestra pues, para mí, todos somos iguales.
Como siempre, he disfrutado leyéndote.
Muchos besos. Rosa.
María:
Definitivamente, no hay punto de comparación.
Abrazos afectuosos y besitos a la distancia.
Mir@nda.
Qué metedura de pata y qué poca consideración con los españoles y con los japoneses.
Sr. Godall, ya quisieran, en sus circunstancias actuales, muchos japoneses ser españoles ahora mismo y estar aunque fuera en Cataluña.
Si te oyen los nipones dicha comparación no sabrían qué hacer contigo. Igual te mandan un tsunami personalizado.
Un abrazo, paisana, desde mi orilla.
Mos.
Yo, que soy culé,
pero no antimadridista,
yo que desciendo de catalanes,
yo que sí soy española,
se que en un puchero que se precie,
siempre salen garbanzos negros.
¡Entienden la desgracia de Japón!.
Los demás también lo hacemos,
eso sí, sin creer en castigos divinos, ni autoinmolaciones, ni golpes de pecho.
Sentimos con impotencia su tragedia, seguimos con interés las noticias.
Posiblemente Sr. Godall, hayamos hecho algo más que quejarnos, como usted.
Maria, hay mucha gente, que tiene una inteligencia y preparación envidiables, que ocupan puestos importantes, pero que en el fondo, no les sirve para nada.
Un beso grande, María y buenos días.
Pensamiento especial para los que sufren en Japón y gracias, me gustó mucho tu artículo y tu postura.
Mi niña tienes un premio en mi mundo de hadas...(si te gusta te lo llevas). Aunque espero que te guste reina. Es para todos los que componéis esté blog.
Te mando un manzanero besote!!
Mi niña tienes un premio en mi mundo de hadas...(si te gusta te lo llevas). Aunque espero que te guste reina. Es para todos los que componéis esté blog.
Te mando un manzanero besote!!
Gracias a todos.
Besos
P.D. Rosana, voy a por él pero no lo pondremos hasta que vuelva Mayte, no quiero tocar nada por ahí que pueda estropear, gracias en hombre de todos, eres un cielo.
Besos
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