Continue señora......
Una vez me tranquilicé y me dí cuenta de lo que había hecho, ya no tenía solución, entonces decidí acabar con la víbora de la dueña que había hecho de su hijo un mal nacido, la que quería quitarme a mi nieto, echándonos después de que su hijo se había aprovechado de mi hija y de los años que llevábamos en la finca, ciega de ira, cogí una caja de cerillas que llevaba mucho tiempo en mi casa, la tenía en recuerdo de mi bisabuela, esta se había dejado de usar por el peligro de envenenamiento que tenia, cogí una a una las cerillas y las fuí machacando, lo que quedó lo tiré a la chimenea, más tarde me desplace a la cocina y en la jarra de zumo de naranja que estaba preparada para la dueña, volqué todos los polvos, rezando para que surtieran efecto, ya que pensaba que a lo peor no funcionaría, más tarde me vio en la casa el mayordomo, se sorprendió de mi presencia, pero no dijo nada.
Todo se aceleró cuando vino la policía y comentó la ropa que se había hallado, yo miraba al mayordomo y sé que se extrañaba, no podía dejar que se imaginara lo peor y se diera cuenta, así que esa noche cuando lo vi dirigirse a su habitación, yo sabía lo que tenía que hacer, sabía que recientemente tomaba pastillas para dormir, así que esperé hasta más allá de la media noche y sigilosamente entré en su dormitorio, con el miedo de que me oyera entrar, pero estaba roncando feliz, abrí la espita de la bombona de gas y salí, dejando taponada la rendija de la puerta con un trapo y antes del amanecer, volví y lo quité, el resto ya saben lo que ocurrió.
-No, mi marido me dijo que lo que quedaba, lo había tirado en una grieta profunda y que nunca lo encontrarían, ya que es imposible ver y meterse dentro de ella.
¿Su marido sabe que usted ha matado también al mayordomo y a la dueña?
-Sí, lo sabe, yo se lo conté todo.
¿Su marido sabía con qué producto había envenenado a la dueña?
-No, el sabía que teníamos esas cajas cerillas y le daba miedo que nuestra hija la viera y la usara, alguna vez me pidió que la tirara, nunca quise, así que la guardé, un día le dije que me había deshecho de ellas. Le dije que le había puesto en el zumo un matarratas del que abunda en la finca.
¿Porqué su marido no escondió la ropa del señorito?
-Fué un error por su parte, quería darle un susto al mayordomo y dejarlo con la intranquilidad de lo que le había ocurrido al señorito, él me dijo que nos íbamos a ir de la finca con nuestro nieto cuando regresó del monte alto, yo ya había hecho lo demás, se enfadó y me recriminó, pero me quiere tanto que ha tratado de protegerme y yo no quiero. Prefiero que él salga de la cárcel cuando cumpla, y yo penaré mi delito, sé muy bien que cuidará de nuestra hija y de nuestro nieto.
¿Tiene algo más que decir señora?
-Si, todo lo dicho es la verdad, de lo único que mi marido es culpable, es de protegerme, encubrirme y hacer desaparecer el cuerpo del señorito.
Bien señora, ahora la trasladaremos de nuevo a los calabozos y la pondremos a disposición del Juez de instrucción.
Matías, haz ahora pasar al pastor, quiero terminar con este caso lo antes posible.
-Bien señor, ahora mismo lo traigo.
14,30 horas, manifestación del Pastor:
Hace un momento su mujer ha declarado los tres asesinatos, como no quiero estar jugando si ha sido usted o su mujer... le haré una sola pregunta, y si me contesta la verdad, seguiremos con su manifestación.
Dígame, ¿con que producto envenenó a la dueña de la finca?
-Con un matarratas señor inspector.
Ya hemos terminado, ya se que usted miente, por lo tanto, ahora le tomará manifestación un escribiente y asunto terminado y será entregado en el juzgado y que el juez de instrucción dictamine.
Otra pregunta,¿Dónde esta el cuerpo del señorito?
-Lo introduje en una grieta arriba en la montaña, es imposible sacarlo de ahí y que nadie lo encuentre.
¿Tiene algo más que decir?
-Si señor inspector, por favor se lo pido, hágame responsable de todo, mi esposa es una buena mujer, yo sin ella no podría vivir, mi nieto, mi hija, que será de ellos sin mi mujer. Hemos aguantado todo por parte del señorito, del mayordomo y de la dueña de la finca por no tener donde ir, por favor se lo suplico, cúlpeme a mí.
Lléveselo Matías.
Bien señor.
Continuará…
8 comentarios:
De maravillas, te esta quedando, me encanta, Besos Lía.
Realmente Fibo, lo haces estupendamente, creo que diste con el género que mejor te sale.
Te felicito de todo corazón, buenísimo!!!.
Muchos besos guapetón, Scarlet2807
Me he reido porque he recordado un intento de suicidio comiéndose a cucharadas un kg. de matarratas que me contó un amigo mío médico y me he imaginado la escena.
Lo sigo con interés.
Besos
Mira que envenenar a la señora con cerillas ajaja.
Todavia no tengo yo el final muy claro , conociendo tus escritos , imagino un final inesperado .
Un beso
wpaa.
Muy bueno, de veras, el proceso de instrucción sigue los esquemas de una de las novelas de Petra Delicado.
Las novelas policiacas ,junto con las de misterio me encantan me atrapan con su lectura, te aseguro que es muy buena Fibo, es de lo mejor que te estoy leyendo.
un beset
Qué bueno eres escribiendo este género!.
Me encanta leerte.
Haces que la lectura no pare ni decaiga.
Me sumerjo con las líneas con la intriga, hasta que llego donde tú decides parar por hoy, el relato.
Gracias, me convenciste.
La imagen bárbara y muy adecuada.
Gracias fibo, ten un día feliz.
Aunque no haya podido comentarlos, los he leido todos, espero el final.
Un beso
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