A Juan Ramón Jiménez, conocido principalmente por su "Platero y yo", se le acabó la vida antes de poder escribir uno de sus últimos proyectos. Se trataba de un recopilatorio de las cartas que se habían cruzado su amada esposa Zenobia y él al que pensaba titular "Monumento de amor".
De siempre me ha gustado especialmente un poema que él tenía previsto intercalar con las cartas en ese libro y es el siguiente:
"Dejo correr mi sangre para que te persiga...
No esperes a que salga la última gota para hacerte mía".
Es, a mi juicio, una muestra de amor maravillosa hacia Zenobia, su mujer, quien siempre le correspondió.
8 comentarios:
Maravillosamente elegante y sensual como no podía ser menos viniendo de uno de nuestros GRANDES.
Gracias por traerlo.
Besitos
No la conocía, pero es una muestra de amor maravillosa.
Un beso
Que frase mas marvillosa, gracias por darnosla a conocer.
cuidate
besos
enmatojado
Genial.
Zenobia Camprubí, el amor de J.R. Jimenez, motivo de su inspiración enamorada, en su obra.
Su casa, abierta al público, rezuma sentimiento y presencia de tan insigne pareja de enamorados.
Me encanta la frase, cada vez que la releo. Hoy tú nos la regalas.
La imagen es acertadísima.
Gracias siempre.
Nunca la oí, me parece sencillamente maravillosa.
Gracias María por trernos un trocito de historia de uno de los " maestros".
Besazoss guapa
Yo tampoco la había leído nunca y es preciosa.
Te agradezco traerla María.
Besitos ; scarlet2807
Creo recordar que yo también escribí algo sobre mi reina Zenobia…….me ha gustado mucho María, triste pero profundo……un beso
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