Aquí en el puente, a punto de acabar con esta vida que me ha atormentado prácticamente desde que nací, recordando los pasajes que me han hecho llegar a esta circunstancia, con este déjà vu donde en mi subconsciente creo oír a Inés, Wpa, María, Marie, Bombón, Lía ,Scarlet, Carmen, una tal Madeira,Veronica y Alejandro, no sé quienes son, pero sé que están viviendo mi historia como algo suyo, haciendo comentarios y deseándome todo lo mejor, padeciendo con mis penurias y alegrándose con mis satisfacciones, pero se olvidan de una cosa, que es que estoy a casi cien metros de altura en un puente y, a punto de acabar con mi vida, ¿estaré loco?.
No lo estoy, me encuentro perfectamente en mis cabales, pero cansado de vivir de esta manera, siempre padeciendo y sufriendo ¿porque no ha sido la vida amable conmigo? ¿A quien le he hecho daño?, no lo entiendo, yo solo he querido ser feliz y por un motivo u otro no lo soy, solo me han dado migajas para irme animando y seguir siendo una probeta donde la infelicidad se reencarna en mi persona.
Sigo recorriendo mi vida, si es que se le puede llamar así, la boda fué preciosa, y el viaje de la luna de miel lo más parecido a estar en el paraíso, pero todo acaba y volvimos a casa, a la rutina diaria, que con ella no era tal, fueron meses maravillosos, ella cada día estaba más guapa con su embarazo, le sentaba muy bien, una noche a las cinco de la mañana me despertó repentinamente, el niño o niña ya venia de camino.
Ya teníamos preparada el neceser para llevarnos al hospital, corrí nervioso, no paraba, no encontraba el neceser ni las llaves del coche, ella más tranquila me animaba a que me calmara, rápidamente la llevé y enseguida la entraron en el paritorio, me invitaron a entrar con ella, yo sudaba la gota gorda, me disfrazaron con un traje verde y ahí estaba yo con ella, soplando al mismo ritmo y cogidos de la mano.
La miraba y veía su sufrimiento, de pronto oí un llanto, era mi hija, estuve a punto de desmayarme, la limpiaron, la prepararon y se la pusieron a su madre entre los brazos, no he visto cosa más bonita en mi vida, tan pequeña y con un buen matojo de pelos en la cabeza, la mirábamos embobados, nos sentíamos felices, le contaba todos los dedos de la mano y los pies, no le faltaban ninguno, la besé y besé a mi mujer que sudorosa me miraba embelesada, ha sido uno de los días más felices de mi vida, tener esa criatura entre mis brazos, algo tan indefenso y pequeño, dándome miedo cogerla..
La vida nos la cambió por completo, vivíamos por y para ella, que por cierto le pusimos el mismo nombre de la madre, crecía sana, era muy buena, toda la noche dormía de un tiron, cada momento que tenía libre me gustaba estar a su lado, tanto en el baño, como cambiándole los pañales y llevándola de paseo en el carricoche, ¡eso si que era felicidad!
A los dos años de casados, tuvimos otro hijo, que creció igual de sano como su hermana.
Mi matrimonio estaba cada día más consolidado, lo teníamos todo, un negocio que nos funcionaba y, dos hijos preciosos a los que amábamos más que a nada en el mundo; Atrás quedaron los sinsabores pasados, tan solo eran unos recuerdos vanos que en seguida ahuyentaba de mi cabeza si alguna vez aparecían.
De este modo los años iban pasando, los niños crecían fuertes y alegres, dándonos muchas satisfacciones, mi mujer con el paso de los años ganaba en belleza, tenía una serenidad asombrosa, no había un problema que no solucionara.
Hasta que llegó ese fatídico día, cómo cada mañana desayunábamos los cuatros, yo tenía un compromiso importante, quería ampliar nuestro negocio, la cita era a las nueve de la mañana y se me hacía tarde, esa mañana encontré a mi mujer un poco decaída, la dichosa jaqueca no la dejaba en paz, yo le dije de llevar a los niños al colegio, ella se negó en redondo, me dijo que tenía que ir a la reunión, que era lo que llevábamos tiempo esperando, que se tomaría una pastilla y se le pasaría, eso hizo, y yo me fui rápidamente porque no quería llegar tarde.
No llevaba media hora en la reunión cuando me sonó el móvil, en un primer momento no quise atenderlo, pero ante la insistencia de la llamada lo cogí, era un número que no tenía en la agenda, al identificarse me dijo que era de la Policía de tráfico, que me personara en el hospital central, pues mi esposa había tenido un accidente con su vehiculo y la estaban evacuando en ese mismo instante, pregunté como estaba, que había ocurrido y no me dieron razón, de los niños tampoco, rápidamente me trasladé al hospital, mientras iba de camino le rezaba a todos los santos de que no fuera nada grave y que mis hijos estuvieran bien, el trayecto se me hizo interminable.
Una vez en el hospital, me informan que mi mujer se encontraba en el quirófano y no me daban razones de cómo se hallaba, tan solo me daban animos para esperar que terminaran los médicos y me informaran, de los niños no sabía nada.
Continuara………
10 comentarios:
Se adivina la tragedia, pobrecito, estás plasmando muy bien la tristeza que acompaña durante toda su vida al personaje.
Besos
Que despistadísima y nerviosa me has dejado hoy ¡¡
Mira te mando el beso de rigor y te digo que sigo pendiente porque es totalmente cierto.
Madeira
¿Por dios alguna vez se le acabaran los problemas al personaje.?
Lo de hoy ha sido muy fuerte,pero sigo teniendo esperanza de que una vez màs todo salga bien.
Ahhhhhh ,lo del suicidio creo que es de cobardes, y el personaje es todo un luchador,que enfreta la vida de frente y de cara.
Un beso
wppa.
Joder tío, anímalo que estamos en agosto, jajajaja.
Un abrazo, Amigo.
Sigo tu historia, algunos nacen con estrellas y otros estrellados, Besotes Fibo Lía.
Fibo, tan bien que iban las cosas, y ahora vuelta a sufrir...
Cada día narras mejor, te lo he dicho ¿verdad?
Un besote, Scarlet2807
Fíbo,dile que del suicidio ni hablar, que todo se supera, cuesta ....pero se supera.
Ya te he dicho que cada vez escribes mejor, verdad??.
Un beset
Me haces sentir muchas emociones cuando leo tus escritos, pero hoy por primera vez me has hecho sentir miedo, dile que se aleje de ese puente, que siempre la vida se renueva y nos regala nuevas oportunidades de ser felices. Espero la próxima, escribe pronto
Te quiero
Vero
No he leído esta historia, así que solo dejo un comentario de constancia. Gracias por estar, aunque la mayoría de las veces, nuestros puntos de vista difieran un mundo y un universo.
Un beso grande tormento
fibo vengo leyendote,,causa que mi internet a veces me tira antes de comentar..pero no dejo de entusiasmarme con todo esto..
Besiss
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