Si en mi primera cita estaba nervioso, no cuento cómo estaba en la segunda, los nervios me comían por dentro, quería verla lo antes posible y al mismo tiempo me daba miedo ese encuentro, pero ella con ese desparpajo que le caracterizaba todo lo hacía muy normal, enseguida me beso al llegar a mi altura, se metió en el coche y sin darme ninguna explicación, me dijo ¡quiero que me lleves a tu casa! llamaremos a un chino y que nos traigan la cena, ¿te parece bien?, me preguntó.
No supe que responder, puse el motor en marcha y cogí dirección a mi casa que no se hallaba muy lejos de allí, una vez en ella, recorrió la casa de arriba abajo y yo detrás como un pasmarote, dijo que le gustaba como la tenía de ordenada, cogió el teléfono, marcó y llamó a los chinos, pidió un menú y se sentó en el sofá, me invitó a sentarme con ella a su lado, me cogió la barbilla y me besó muy suavemente en los labios, los míos temblaban, se dio cuenta de mi nerviosismo y sin cortarse un pelo me dijo que se notaba que no tenía mucha experiencia con mujeres, yo asentía a lo que decía, me volvió a besar, yo no sabía qué hacer, apreté fuertemente los labios contra los suyos, ella se separó de mí y me dijo ¡Tú déjame hacer a mí, yo te enseñaré a besar! Volvió a besarme y me entreabría los labios con su lengua y jugaba con la mía, una de mis manos se fue instintivamente a uno de sus pechos, me retiró la mano y me dijo que primero tenía que aprender a besar, que no fuera tan ligero, que habría tiempo para todo, continuamos besándonos, yo estaba excitadísimo y le iba cogiendo el gusto a los besos, de pronto sonó el timbre, pegué un respingo ya que me asusté, era el repartidor de comida china, le pagué y le di una propina.
Yo quería seguir besándola y tocándola, pero ella muy tranquila dijo de preparar la mesa y comer antes que se enfriara, era una mujer nerviosa, enseguida preparó todo, como si conociera la casa, se movía como pez en el agua por ella.
Su conversación era muy amena, dicharachera con una risa fácil y contagiosa, me hacía sentir bien y tranquilo, me daba bastante confianza a pesar de su juventud, la comida resultó bastante buena y ella tenía un gran apetito, saboreando cada uno de los platos del menú y revelando sus conocimientos de la cocina china.
Una vez acabada la cena, retiramos todo a la cocina, se dirigió al cuarto de baño y se lavó los dientes con un cepillo mío, una vez terminado ese aseo, me ofreció el cepillo para que yo hiciera lo mismo.
Volvimos al salón no sin antes examinar mi colección de música, eligió una suave, se acercó a mí y me invitó a bailar, era la primera vez que yo lo hacía, eso no le importó, me ilustró como debía moverme y entre risas y algún trastabillado que otro seguimos abrazados y besándonos al mismo tiempo, mis manos querían recorrerla, me daba corte, no sabía si era muy osado por mí parte, ¡pero oh sorpresa, ella cogió mi mano y me la puso en su trasero y se apretaba contra mí con movimientos sinuosos con su pelvis sobre mis partes, me cogió de la mano y nos tumbamos en el sofá, le desabroché la blusa apareciendo turgente sus pechos blancos y con dos grande aureolas rosadas, así con sus pezones erguidos hacia el techo, los cuales fueron manjar para mis labios ávidos de saciarme en ellos, mientras una de mis manos entre su entrepierna hacia acopió de ese tesoro que esa chiquilla me estaba dando por primera vez en la vida, sintiendo como se contorsionaba y gemía dulcemente como música celestial a mis oídos, los cuales me llevaron a una situación espasmódica dejándome ir sin poder remediarlo por mi parte, cayendo sobre ella, sintiendo cómo fluía entre mis pantalones todo el ardor guardado desde hacía tanto tiempo.
Me dio una gran vergüenza lo que me había ocurrido y no sabía como disculparme, pero ella con gran afecto me consoló y continuamente me recalcaba que no pasaba nada, que eso solía ocurrir la primera vez, me besaba suavemente y sentía sus caricias con una gran ternura.
Me llevó al cuarto de baño cogidos de la mano, me quitó los pantalones y mis slip que estaban todo emponzoñados y ella suavemente hizo que me sentara en el Bidé y me lavó cuidadosamente con unos suaves movimientos volviendome a excitar, me besaba en el cuello, su lengua buscaba la oquedad de mi oreja, me levantó y se sentó en la taza del wáter y estando yo de pie se la introdujo en la boca, era mi primera vez, algo maravilloso que me había perdido todos esos años atrás.
Luego me invito a ir a la cama, me desnudó por completo y me tumbó en ella, mientras, se fue desnudando poco a poco con movimientos eróticos que me estaban llevando al frenesí, se colocó a mi lado y empezó a besarme recorriendo mis pezones donde ella se recreaba con ellos, mirándome al mismo tiempo a los ojos, viendo como disfrutaba, para seguir bajando paulatinamente hacia abajo siendo pasto mi cuerpo de todo su saber, los cuales bajo mi inexperiencia me parecía que eran muchos, luego me invito a que mi boca experimentara el sabor de su fruta más preciada y en ese instante también fue mía, era algo maravilloso sentir mi saliva y su jugo que se entremezclaban.
Me preguntó si tenía preservativos, le dije que no, que nunca había comprado, se levantó y se fue a su bolso y sacó uno, el cual me puso ella, se subió encima, se introdujo mi pene y comenzó unos movimientos suaves recorriendo todo el contorno, aumentando el ritmo que al final se convirtió en frenético, mientras sus pechos se balanceaban, yo no sabía a dónde acudir, si cogerle los pechos, sus caderas o cerrar los ojos y dejarme ir. Mientras ella parecía en trance y con gritos desgarradores se fue cayendo encima mía, pidiendo que me fuera con ella.
Una vez saciado nuestro apetito y descansado ella sobre mi pecho sudorosa, dándome besos, se levantó y con gran horror vimos que el preservativo se había salido y se había quedado en su interior, puso el grito en el cielo pidiéndome explicaciones que si no me había dado cuenta de ello y si me había ido sin él puesto, lo sacó y comprobó que toda la pasión estaba dentro del mismo, respirando por un momento y rogando que no hubiera caído nada dentro.
Permanecimos en la cama durante un buen rato, yo quería repetir, pero a ella no le quedaban más preservativos y al final nos duchamos juntos, prosiguiendo el juego pero sin llegar hasta el final, haciéndome prometer que a la mañana siguiente compraría y que nunca me faltaría en casa mientras estuviera con ella.
La acompañé a su casa, no se podía quedar a dormir, sus padres no se lo permitían, nos despedimos con un beso y me prometió que a día siguiente se pasaría por casa para estar de nuevo juntos.
Continuara…………..
6 comentarios:
Realmente "el nene" se está desquitando de todo lo mal que lo pasó...
jajajjajajajajjajajaj
Ya por lo menos puedo leer tu historia sin que se me aprete el corazón de pena.
Tú aprovecha no más, que ya llegraá la "jefa" y hasta ahí le durará el recreo a tu protagonista, jajajjajajajajaja
Un besote, Scarlet2807
PD. Estaba desvelada, así que me levanté a leer, ahora por tu culpa, me desvelaré más...jajjajajajajajaj
Fibo, buena descripción de el asombro ante el amor, me gusta mucho, tiene un toque intimista, y con mucha ternura. Besooosss Lia.
Digo yo como Scarlet, este es un caso de esos de "tarde pero apañado". Yo suelo decir cuando al algún chico no sale: "este, el primer dia que salga vuelve borracho" y a tu protagonista le va a pasar lo mismo, jajajaja.
Ya era hora de que empezara a vivir la criaturita.
Besos
Caray Fibo, tarde pero bien aprovechao, jajjaja , me alegro por el chaval, pase lo que pase, que le quiten lo bailao,
Un beset
Ay que bien Fibo, entre esta historia que va tan bien y la de Bonbom que también ya se ha resuelto, pues como que me quedo tranquila y ya duermo un rato de siesta..
Ahora no le vayas a dar la vuelta a la cosa y que vuelva a sufrir ehhh.
Un abrazo.
Madeira
El descubrir las sensaciones nuevas que el placer nos puede llegar a dar , no tiene nada comparable.
Me alegra leer que por fin el muchacho , disfruta de algo bueno de la vida .Se lo merece.
Un beso
wppa.
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