Estoy preocupada, ¿qué digo
preocupada?, más bien me doy miedo, porque tengo la impresión de
que me estoy volviendo blanda, y es que a ver de qué otra forma se le
puede llamar el que hoy le haya perdonado la vida a un abejorro
enorme, el otro día a una salamanquesa y que no haya matado ninguna
mosca este verano ni, (todavía porque esto no lo descarto),
comprado una escopeta de perdigones para cargarme a las palomas que
me ponen la pérgola perdida.
Al abejorro lo he descubierto sobre la
1 del mediodía, tumbado boca arriba en el suelo de la terraza
pequeña como intentando darse la vuelta. Lo primero que he hecho ha
sido decírselo a mi hijo y me ha contestado: “no me extraña,
lleva toda la mañana ahí de flor en flor, se habrá dado tal
atracón que no puede ni moverse y estará tumbado haciendo la
digestión”.
La verdad es que, en un primer momento, he
pensado lo de siempre: “quitarme la sandalia, arrearle y luego
deshacerme del cadaver y limpiar los restos” pero, después, he considerado que igual había venido aquí a comer porque tendría
criaturas que alimentar, que leí el otro día no sé donde que había
pocas abejas y, nos gusten o no, son necesarias para polinizar y
claro, con todo eso, pues me ha dado pena darle matarile y he cogido
dos papeles, con uno lo he puesto sobre otro y lo he echado a la
calle (todo esto mientras le decía por lo bajini: “tú pícame y
te juro que le pego fuego a una colmena entera”). El caso es que ha
echado a volar y se ha ido a un árbol de enfrente tan ricamente,
esperemos que no vuelva y me pique por fastidiarle la siesta.
A la salamanquesa la descubrí regando
las plantas en la terraza grande manguera en mano. A esta confieso
que pensé liquidarla al instante pero como me pongo unas chanclas de
goma para regar y llevaba unas de las pijas (esto es cosa de mi hijo
que, como casi todos los hombres, no entienden y dice que tengo
chanclas pijas y chanclas de princesita y bla, bla, bla) no le arreé
por si, con el golpe, se caía alguna de las perlitas que llevan y
tenía que coger un disgusto.
Entonces pasé al plan B, es decir, a
mojarla para que se ahogara o se fuera pero la muy puñetera me
buscaba la vuelta y se metía por detrás de todas las macetas. Yo
venga a darle más presión al agua y ella corriendo que se las
pelaba escondiéndose. Me tuvo en jaque 3 días pero conseguí
ducharla a presión y oye, mano de santo, al cuarto día ya no estaba
e imagino que emigró a la terraza del vecino a ver si había suerte.
Por si acaso, por las noches riego hasta las paredes con el difusor
para que estén fresquitas y no tenga la tentación de arrimarse a
las puertas de los dormitorios, pero hace ya como 15 días que no la
veo.
Lo de las palomas me lo estoy pensando
porque, si bien me quejaba de los tordos que me traen huesos de oliva
en temporada, aquello no es nada comparado con los “regalitos”
que me dejan las palomas en la pérgola. Así que, como se me crucen
los cables, me compro una escopeta de perdigones y las voy metiendo
al congelador para hacer caldos este invierno o las hago en
escabeche y les digo a estos que son codornices rollizas, total igual están buenas.
9 comentarios:
Oye, paisana, pues no es mal entretenimiento ese de la escopeta y zas!, adiós palomita, adiós.
Es que por aquí hay unas cuantas palomas que no veas cómo "enchoringan", las muy guarronas.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Ni te las comas a las palomas! Vete tu a saber lo que tienen dentro. Está hasta prohibido ponerlas veneno, por eso mismo, por si alguien las caza y se las zampa. Donde trabajo nos tienen locos, no se asustan ni con sirenas tipo Tarzán, ni ná. Las salamanquesas me dan un ascooooo!!!, pero no mato a los bichos, les abro la ventana y se larguen pa otro lao, jajajaja.
Besotes!
Tranquila Ion, si yo no pensaba comérmelas; no como ningún bicho más pequeño que el pollo. Lo que yo decía, es que, como a mi marido y a mi hijo les gustan las perdices y las codornices, que se las comieran ellos, jaja.
Ya tengo bastante cuando lo lean, si es que me lo busco yo solita, jaja.
Besos
¡Eres única María!. Me has hecho sonreír. Muchísimas gracias por estar aquí.
Cuídate y muchos besos. Rosa.
María para qué matarlas reina, sino se meten contigo, ahora cuando piquen será otro cantar. Les ha gustado tu casa y las tienes de vacaciones disfrutando de las cosas bellas que tienes. Hasta se te pueden quedar de ocupas uffff, eso será un mal rollo.
Besitos y me alegra verte por mis casitas, ahora estoy liada con el diseño y es que me meto en todo reina jajajajaja, luego no tengo derecho a quejarme. Cuídate y siempre estás en mi corazón.
Jajaja, definitivamente te estas volviendo blanda.
La verdad, es que yo con unas sandalias con brillantitos tampoco le hubiera dado un zapatazo, las cosas como son. y otra porque chica, me da un no se qué de matarlas.
Griña, o que se yo!
ese esparrame de su cuerpo uffff, calla calla...
Manguerazo a presión y fuera!
Lo de las palomas si que tiene mal arreglo... no sé, has pensado ponerles un palomar? igual se ubican allí y no te embadurnan todo de regalitos, acotan el territorio y solo se los sueltan en el mismo lugar...
aunque lo de hacerlas en escabeche no es mala idea tampoco...
Un abrazo grande preciosa.
Besitos mediterráneos
Jajajaja, yo recogí a una paloma herida, se curó el ala con quietud y ahora no hay quien la haga irse a ninguna parte... Me ha encantado, como siempre. Escribes muy muy lindo, amiga. Besos.
Hola Maria.
Gracias por pasar por mi blog, seguirme y comentar.Tienes un blog muy bonito y te sigo. Espero verte a menudo por mi espacio. Besos
Hola María , tienes un blog precioso!! ya me verás por aquí si no te importa .
Saludos
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