Gracias a Popeye, muchos niños aprendieron a tragar las espinacas en lugar de escupirlas diciendo puagggggg o de cerrar los dientes para no dejar pasar la cuchara.
Pero, poco a poco, se nos va cayendo el mito de sus bondades porque primero, y durante mucho tiempo, nos estuvieron "vendiendo la burra" de que había que consumir muchas porque eran una fuente de hierro tremenda.
Posteriormente, nos informaron de que la cantidad de hierro que supuestamente tenían había que dividirla por 10 puesto que, desde 1.870 y por un error matemático, estaban mal catalogadas.
Y ahora, por si le faltaba algo a la pobre espinaca, la AESAN (Agencia española de Sanidad) a través de su presidente Roberto Sabrido, dependiente ¿cómo no? del ministerio de mi querida Srta. Pajín, ha lanzado unas recomendaciones alimenticias. La primera de ellas para evitar que los niños pequeños consuman acelgas y espinacas.
"El beta-caroteno es uno de los pigmentos de un grupo de pigmentos rojos, anaranjados y amarillos llamados carotenoides. El beta-caroteno y otros carotenoides proveen aproximadamente el 50% de la vitamina A necesaria en la dieta Americana. El beta-caroteno está presente en las frutas, verduras y granos. También se puede hacer en el laboratorio.
El beta-caroteno se utiliza para disminuir los síntomas de asma producida por el ejercicio; para prevenir ciertos cánceres, las enfermedades del corazón, las cataratas, y la degeneración macular senil (DMS); y para el tratamiento del SIDA, el alcoholismo, la enfermedad de Alzheimer, la depresión, la epilepsia, el dolor de cabeza, el reflujo, la presión arterial alta, la infertilidad, la enfermedad de Parkinson, la artritis reumática, la esquizofrenia y trastornos a la piel que incluyen soriasis y vitiligo.
El beta-caroteno también se utiliza en las mujeres desnutridas para disminuir las probabilidades de muerte y ceguera nocturna durante el embarazo, así como para la diarrea y fiebre después de dar a luz.
(Fuente: Medline Plus)"
Yo no sé qué papillitas harán en casa del Sr. Sabrido y de la Srta. Pajín pero lo que sí sé es que si yo, en su momento, le hubiera hecho una papilla verde a mis nenes me hubieran cerrado los dientes a cal y canto y no hubiera conseguido hacerles pasar ni una cucharadita. Y eso con suerte, porque si se la hubiera hecho al pequeño lo más normal es que me hubiera amenazado con denunciarme al teléfono ese del menor.
Y digo esto porque un día mi madre le amenazó con darle un azote como no recogiera los juguetes y el niño, que era muy aficionado a llamar desde muy pequeñajo a cualquier teléfono que pusieran en la tele (sobre todo a los concursos), le dijo: "Carmen (jamás la ha llamado abuelita), si me pegas llamo y te denunsio". Mi madre, claro, me llamó a la oficina toda alarmada por las ideas del enano y yo no podía parar de reírme mientras me lo contaba, porque la criatura se aprendía los números que salían en la tele de memoria y llamaba absolutamente a todos y me imaginaba la situación.
Así que, afortunadamente para Popeye, el pobre pasó ya a mejor vida y no puede constatar la maldad de las espinacas porque si levantara la cabeza...
Pero, poco a poco, se nos va cayendo el mito de sus bondades porque primero, y durante mucho tiempo, nos estuvieron "vendiendo la burra" de que había que consumir muchas porque eran una fuente de hierro tremenda.
Posteriormente, nos informaron de que la cantidad de hierro que supuestamente tenían había que dividirla por 10 puesto que, desde 1.870 y por un error matemático, estaban mal catalogadas.
Y ahora, por si le faltaba algo a la pobre espinaca, la AESAN (Agencia española de Sanidad) a través de su presidente Roberto Sabrido, dependiente ¿cómo no? del ministerio de mi querida Srta. Pajín, ha lanzado unas recomendaciones alimenticias. La primera de ellas para evitar que los niños pequeños consuman acelgas y espinacas.
Resulta que si le das a un niño menor de un año una papilla que contenga un 20% de uno de estos dos vegetales estás corriendo el riesgo de que se te ponga el niño azul, es decir, que enferme de metahemoglobinemia, con lo cual no se deben incluir estos vegetales en la dieta de los niños hasta que no tengan los tres años cumplidos. Edad esa en la que ya todos son ventajas porque contienen mucha cantidad de beta-caroteno y sus beneficios son:
"El beta-caroteno es uno de los pigmentos de un grupo de pigmentos rojos, anaranjados y amarillos llamados carotenoides. El beta-caroteno y otros carotenoides proveen aproximadamente el 50% de la vitamina A necesaria en la dieta Americana. El beta-caroteno está presente en las frutas, verduras y granos. También se puede hacer en el laboratorio.
El beta-caroteno se utiliza para disminuir los síntomas de asma producida por el ejercicio; para prevenir ciertos cánceres, las enfermedades del corazón, las cataratas, y la degeneración macular senil (DMS); y para el tratamiento del SIDA, el alcoholismo, la enfermedad de Alzheimer, la depresión, la epilepsia, el dolor de cabeza, el reflujo, la presión arterial alta, la infertilidad, la enfermedad de Parkinson, la artritis reumática, la esquizofrenia y trastornos a la piel que incluyen soriasis y vitiligo.
El beta-caroteno también se utiliza en las mujeres desnutridas para disminuir las probabilidades de muerte y ceguera nocturna durante el embarazo, así como para la diarrea y fiebre después de dar a luz.
(Fuente: Medline Plus)"
Yo no sé qué papillitas harán en casa del Sr. Sabrido y de la Srta. Pajín pero lo que sí sé es que si yo, en su momento, le hubiera hecho una papilla verde a mis nenes me hubieran cerrado los dientes a cal y canto y no hubiera conseguido hacerles pasar ni una cucharadita. Y eso con suerte, porque si se la hubiera hecho al pequeño lo más normal es que me hubiera amenazado con denunciarme al teléfono ese del menor.
Y digo esto porque un día mi madre le amenazó con darle un azote como no recogiera los juguetes y el niño, que era muy aficionado a llamar desde muy pequeñajo a cualquier teléfono que pusieran en la tele (sobre todo a los concursos), le dijo: "Carmen (jamás la ha llamado abuelita), si me pegas llamo y te denunsio". Mi madre, claro, me llamó a la oficina toda alarmada por las ideas del enano y yo no podía parar de reírme mientras me lo contaba, porque la criatura se aprendía los números que salían en la tele de memoria y llamaba absolutamente a todos y me imaginaba la situación.
Así que, afortunadamente para Popeye, el pobre pasó ya a mejor vida y no puede constatar la maldad de las espinacas porque si levantara la cabeza...
19 comentarios:
Muchísimas gracias María por deleitarnos con ten excelente escrito mezclando la ironía con la realidad. Te felicito.
Disfruta de este domingo.
Muchos besos. Rosa.
Gracias Maria, por tus amables comentarios,y por recordarnos a Popeye con esta encantadora imagen...Besos querida María..Buen domingo
Me ha encantado el estilo irónico que has utilizado, mezclado con fragmentos de realidad cotidiana. Bonita entrada.
Un saludo!
Qué buen post has realizado, yo también me acordé de Popeye cuando oí la noticia por televisión mientras cenábamos mi chico y yo. comentábamos qué habría dicho Popeye de tal noticia.
Tienes razón, siempre nos ponían a Popeye como ejemplo para hacernos comer aquellas espinacas con la excusa de toda la energía que recibiríamos a cambio para vencer a todos los Brutus que encontráramos en nuestras vidas. Como si a base de golpes espinaqueros se solucionaran todos los problemas! jajajaj
Me encanta tu connotación nostálgica, nos haces vivir de nuevo nuestra infancia con cada uno de tus escritos.
Besos, guapa!
Al final no se sabe que vamos a comer ya les vale a todos, pues a mi me encantan las espinacas que conste en apta.
Besitos.^_^
Lo haces muy bien al emplear tu fino humor.
Cuantas espinacas necesitamos comes muchos.
Un abrazo
¡Hola !
Que hermoso es entrar en un blog y cada dia encontrarte con una novedad de otro poema y si guardas el hilo del anterior guarda relación y si uno es percioso el otro más,. Gracias por seguir regalandonos estas obras con esa savieza de lo gran poeta que eres.
desde Jaén feliz semana
Hola María, yo creo que la Pajin es tonta del todo, seguro que se ha presentado a oposiciones y las ha sacado con el numero uno.
Cada uno siempre hemos sabido lo que dar de comer a nuestros hijos sin que ella llegue a darnos la dieta. En fin todo un despropósito de mujer. Interesante post. Un beso amiga.
María, eres tremenda!! Ja,ja.. por un lado me rio pero por otro me echo las manos a la cabeza.
Nada, que en el equilibrio encontramos la tranquilidad.
Besotes.
La mordacidad bien puesta; ahora podría el marino de "cartún" denunciar a sus dibujantes, guionistas y productores por las toneladas de espinaca que hasta ahora ha -y seguirá- comido.
Un abrazo.
Me quitas un gran peso de encima, no la incluí en su dieta de bebés, fiel a las indicaciones del pediatra de entonces.
Me resulta curioso, instructivo y lógico lo que nos cuentas, con tu ironía indirecta.
A mí siempre me encantó comer, por otra parte, las verduras en general, cosa que me beneficia ahora.
Los niños de este tiempo, tienen unas dietas equilibradas y variadas y no tienen que estar rollizos como antaño, para ser la envidia de las vecinas del barrio.
De pequeña, me llamaban "arguellada", o sea escuchimizada, comía poco y mal, con muchos sofocones, porque también era "tozudica" y eso empeoraba las cosas.
Por cierto, qué malo era Brutus y qué particular Olivia, adoraba esos dibujos.
Un beso guapa.
JIJI BUENO, YO ME COMO LAS ESPINACAS SEGUIDO PORQUE TIENEN HIERRO. SIEMPRE HE SIDO ANEMICA, DE CHICA, Y ME DABAN DE TODO.
AHORA SIGO COMIENDO ESPINACAS.
QUE NOTICIA!!!
LA MADRE PATRIA ES UNA ESPECIE DE ENCICLOPEDIA PARA MI.
BESITOS
María, nada que objetar a tus comentarios, popeye y las espinacas,
que razón tienes, siempre nos están creando confusiones para que no
podamos ser libres ni siquiera con
el pensamiento, ah, el beta-caroteno,
gracias por tu información.
Besos...
Ángel.
Hola Maria , el buen Popeye era representativo de fortaleza muscular al comer la espinaca, enfrentando a Brutus, defendiendo a Olivia.Me has hecho sonreír al leer la estupenda forma en que has llevado el tema.Además de la actitud de tus peques,como cuando horrorizó a Carmen su abuela.
El beta-caroteno de las zanahorias,como otras hortalizas y frutas,están en la sabiduría popular en su justa medida, sin dejar de lado la espinaca.Aunque Popeye no esté, para enterarse de la contra hacia su fuente de poder.
Un beso,allende los mares, amiga.
JAJAJJ Maria tu hijo ¿sigue siendo tan guay? te felicito. besos, no cambies
Hermosa manera de dar informacion...Popeye era mi preferido,,siempre imaginaba algun señor asi,que me salve de los truhanes..creo que nunca,existio..ya que los truhanes siempre estuvieron ajjaja..Buenisimo,como siempre Maria..felicitaciones!!
Besiss
María, me encanta tu ironía, con la que estoy totalmente en consonancia.. Es un verdadero placer leerte. Me he reído con ganas. Yo odiaba las espinacas, pero Popeye me convencía. Genial. Un beso.
El niño es de armas tomar eh?
Jajajjajaja, que bueno.
Besos.
La sabiduría de nuestras abuelas es la que nos debe guiar” desayuna como un rey almuerza como un príncipe y cena como un mendigo” esa es la clave y no las tonterías de la Srta. Sra. o lo que sea Pajin , que hasta su apellido resulta de lo mas erótico y no su cara precisamente… Besos
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