Aquel radiocassette

No sé si lo he contado alguna vez pero odio casi todos los mandos a distancia y los pitos de los electrodomésticos, a mí eso de abrir el congelador o la nevera y que al momento se ponga a pitarte así como si te dijera: "¿dónde vas foca?, deja la nata" es que me pone de los nervios.

Como también me pone el hecho de tener que usar dos mandos para poner la tele, el pito del horno, el del microondas, el de la vitrocerámica, la secadora y todos los demás, siempre tengo la sensación de que me llaman la atención porque estoy haciendo algo mal.

Hoy, como el día 12 hará un año que empecé a escribir aquí, estaba pensando escribir un poema y recitarlo y, pensando en ello, veo los 7 mandos a distancia que tengo delante (Equipo de música, TDT, TV, DVD, Home Cinema, Aire acondicionado y el último video que no se usa pero sigue ahí) sin los que parece que no podríamos ya vivir y, echando la vista atrás, me acuerdo de pronto del primer radiocassette que entró en casa.

Hace muchos años pero lo recuerdo perfectamente, yo tenía 9 años y, como de tantos otros recuerdos puedo fijar la fecha por una canción, la de este en concreto fue "Cenicienta", de Fórmula V, y lo recuerdo porque yo, jugueteando con aquel radiocassette, canté la canción y la grabé y mi padre escuchó aquella cinta montones de veces y la guardó y, periódicamente, la sacaba y la volvía a escuchar.

Hace mucho tiempo que ya no la encuentro, supongo que en uno de esos arranques de limpieza general salió de casa en una bolsa de basura y se perdió para siempre, pero lo que jamás podré perder es el recuerdo de la cara de mi padre escuchándome cantar aquello, en realidad lo que jamás podré olvidar es nada de él.